En unos de los tantos videos que nos llegan por diferentes redes sociales, mire algo que me llevo a una reflexión profunda.
En el video se apreciaba a una muchacha, bonita y agraciada, que primero trató de correr a lo largo de la cuadra… Luego saltó una verja y atravesó un parque… Después subió a un taxi, y dio la vuelta a la manzana… posteriormente trató de permanecer bajo la lluvia, a pesar de la molestia que esto significa…Pero en ningún momento, logró desembarazarse de la otra mujer, una policía.
Ese procedimiento fue parte de la nueva táctica que la División de Crímenes de la policía de San José, California, tomó contra la delincuencia… Como es imposible arrestarlas a todas, se dispuso ponerles una acompañante que no se despegara de ellas durante todo el día… Como resultado, la prostitución en la ciudad disminuyó un noventa por ciento.
Amigos!!…Esto de poner una escolta constante a una mujer que se dedica al amor ilícito fue, al parecer, una idea genial… De todas las prostitutas que había en determinado sector de la ciudad, sólo quedaron cinco… Las demás se vieron obligadas a dejar su oficio o a irse a otra parte… ¡Les era imposible realizar su negocio cuando a medio metro tenían a una mujer policía!… Y esto fue lo que me hiso reflexionar… ¿Qué tal si se pudiera poner una escolta policial a cada delincuente de los que pululan en las ciudades?… ¿Qué tal si cada ladrón, cada asaltante, cada violador, tuviera siempre, las veinticuatro horas del día, un vigilante que no le perdiera pisada?…Sin duda que el crimen descendería mucho en todas partes… ¿Qué tal si cada marido, de esos a quienes les gusta engañar a su esposa, o cada esposa, de aquellas a quienes les gusta hacer lo mismo, tuvieran día y noche un guardia que los tirara de la manga no bien planearan hacer algo feo?… ¿Se reduciría con eso el número de infidelidades, y por ende, de hogares destrozados? mmm…para pensarlo!!
Pero es imposible ponerle a cada hombre, a cada mujer, un vigilante constante. ¡Necesitaríamos que la mitad de la población humana vigilara a la otra mitad! …Saben??… Por eso Dios ha puesto en el ser humano un vigilante interno… Es la conciencia… La conciencia vigila…, acusa…, advierte…, aconseja…, habla…, grita…, clama… Si nos acostumbramos a escuchar la voz de nuestra conciencia…, y nuestra conciencia está iluminada por la Palabra de Dios, difícilmente caeremos en el delito.
Juan 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,