PONIENDO FIN A SUS NERVIOS

Hace años, estaba con un pastor y su esposa, en una casa donde orábamos por una mujer que había sufrido una crisis nerviosa. Estos pastores sabios y con experiencia, le hablaban a la situación mientras afirmaban una y otra vez las palabras de Jesús: “¡Cálmate, tranquilízate!” …  Mientras repetían estas palabras vivificantes y reparadoras, la habitación se llenó de una atmósfera tranquila y pacífica… La mujer respondió a la paz del Evangelio, y su condición nerviosa mejoró de inmediato.

Mientras leía mi biblia, pensaba cómo Jesús lidió con el mar tempestuoso hace tanto tiempo… La tormenta, los temores de sus discípulos y la turbulencia de esas aguas eran un desafío para Él. . Sin embargo, Él simplemente dijo: “¡Cálmate, sosiégate!”        (Marc. 4:39), y las aguas se calmaron como un bebé.

Su sistema nervioso quizá esté tan agitado como lo estaban esas aguas de Galilea, quizá se está ahogando en una turbulencia interna… Las tormentas, las presiones, los problemas de la vida quizá le abruman.  Sin embargo, hay una intervención a cargo de Jesucristo nuestro Señor, las palabras de Jesús son espíritu, y son vida… Escúchale decir hoy: “¡Cálmate, sosiégate!”.

Así como Jesús tuvo dominio absoluto sobre el viento y las olas del mar de Galilea, así también tiene dominio completo de usted, de su cuerpo y su sistema nervioso.  Cuando usted declara sus palabras, es de hecho, el maestro de Galilea, quien habla a través de usted… ¿Acaso no dijo Él: “el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores que éstas hará, ¿porque yo voy al Padre” (Juan 14:12)

Aunque no estamos ante unas olas tempestuosas, hoy en un mar real… estamos ante la derrota, situaciones que dan miedo y dolor.    Y a veces, como los discípulos de Jesús, estamos al borde de la desesperación, pero sepa que Jesús está con usted, así como estaba en el barco de pesca en Galilea.

 Recuerde que usted no fue creado para una vida de trastornos nerviosos, o pasar por episodios de nervios alterados, usted no fue diseñado para vivir una existencia temerosa… Es hijo de Dios, y Él le ama, aprenda a echar sus cargas sobre Jesús.                       Visualícese literalmente poniendo sus problemas, sus dificultades y afán en las manos de Él… Dios es grande y amoroso, y tiene manos grandes, tiernas y capaces.

Quizá haya escuchado, que ningún hijo de Dios tiene que padecer nunca una crisis nerviosa, o entrar en un hospital mental… Es cierto, con una condición añadida, ningún hijo de Dios que practique una vida de alabanza positiva, tendrá jamás una crisis nerviosa ni terminará en un hospital mental. Porque cuando usted alaba a Dios con gozo, está disipando las fuerzas negativas que producen las crisis nerviosas.

Alabe al Señor… La alabanza eleva su alma hasta esa realidad en las alturas, donde el espíritu de Dios vuela… La alabanza está en armonía con total expectativa de Dios para su buena vida. Discipline sus labios para alabar al Señor: “Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre” (hebreos 13:15).

Muchas personas que tienen problemas nerviosos son muy dadas a quejarse, a buscar justificación para su situación… Debe dejar esa forma negativa y pesimista de hablar, o de lo contrario nunca será libre, por eso enfatizo: discipline sus labios para alabar al Señor.

Este es la solución de Dios para una crisis nerviosa… Pruebe la manera de Dios y experimente por usted mismo su liberación.