Nos enfrentamos a un sinfín de distracciones diseñadas para
sacarnos del camino con propósito que Dios creó para nosotros.
Necesitamos activar el poder de Dios en nuestro interior para que
estas distracciones, construidas en lujuria y caprichos
innecesarios, no se vuelvan trampas engañosas.
Nuestra relación con Dios trae un giro a nuestra vida a través de la
revelación… La fuerza de esta relación hace que los deseos que
Dios pone en nuestro corazón sean claros, por lo que la plenitud a
largo plazo es el resultado del cumplimiento de nuestros buenos
deseos.
Mientras mejor reconozcamos los deseos que provienen de Dios,
será más fácil bloquear la tentación de las distracciones… Nuestra
vida se debe enfocar en el plan de Dios, pues la única constante
con la que debemos contar en la vida es Dios… Así, al habitar
completamente en la casa de Dios, nuestros deseos serán
cumplidos con bendiciones a largo plazo.
Ser responsable de acuerdo al plan de Dios significa vivir una vida
basada en los principios del Reino de Dios. Si tomamos este nivel
de responsabilidad como nuestra forma de vivir, vamos a gozarnos
sabiendo que nuestros deseos se alinean con las expectativas que
Dios tiene para nosotros. Nuestro entendimiento de los deseos de
Dios construye un muro protector contra las presiones de tomar
soluciones temporales, fáciles y rápidas. Al estar firmes en el plan
que Dios tiene para nuestra vida, estaremos en el camino hacia la
prosperidad en cada área de nuestra vida.
Lee Jeremías 29:11. Consulta con Dios por qué es que esta
escritura pone el cimiento de la responsabilidad en la vida…
Piensa en cómo es que esto se ha manifestado en tu vida en este
momento.
Haz una nota mental de lo que debes hacer de manera diferente
para asegurar que tu vida opere de acuerdo al plan de Dios en todo
tiempo.
RECUERDA: Los malos deseos significan querer satisfacernos por
sentir conmiseración por nosotros mismos, mientras que las
necesidades son vacíos creados por la falta de fortuna o la falta
de una buena administración… Un buen entendimiento de los
deseos de Dios para nuestra vida debe ser la prioridad número uno
para que el poder de la lujuria (malos deseos) y la necesidad no
nos desvíen del propósito que Dios tiene para nuestra vida.
Al no tener un buen entendimiento de las capacidades que Dios
nos dio, y al no comprender el campo de posibilidades de nuestra
vida, somos susceptibles a ser atrapados por la trampa de la
decepción creada por los malos deseos y caprichos innecesarios.
La lujuria y las necesidades se disfrazan de atractivos deseos, y
se convierten en el alimento de la auto conmiseración; la lujuria
responde a lo que queremos en cuanto a placer y la
autosatisfacción inmediata, y las necesidades llenan vacíos
creados por la mala administración, pero no hay satisfacción en
estas dos… El deseo es lo que buscamos, es donde convergen los
talentos que Dios nos dio y el plan que Él tiene para nuestra vida.
La historia del hijo pródigo en Lucas 15:13 y 14 nos da un ejemplo
de la mala administración de los recursos. Analiza cómo fue que el
hijo pródigo demostró su mala administración, examina sus
resultados y toma muy en cuenta las señales que la Biblia muestra
como advertencias para que los malos deseo no se disfracen de
lujuria y necesidad.
RECUERDA: El entendimiento del deseo de Dios para nuestra vida
debe ser la prioridad número uno para que no seamos engañados
por la lujuria (malos deseos) y la necesidad respecto al propósito
de Dios para nuestra vida. La lujuria es el enemigo que contamina
nuestros deseos. La lujuria y la necesidad son respuestas rápidas
y a corto plazo pero no otorgan satisfacción.
Elegimos hacia dónde dirigirnos en términos del nivel en que
involucramos a Dios en nuestra vida… Ya sea que le demos la
espalda a las oportunidades o demos la cara a la realidad de una
vida equipada con las promesas de Dios… Para poder reconocer y
alcanzar los deseos de Dios, debemos darle la vuelta a nuestra fe
para poder descubrir nuestro verdadero propósito de existencia.
Al darle la cara a la perspectiva de Dios, nuestros deseos
reflejarán los deseos de Dios para nosotros, y el resultado será
seguridad a largo plazo para el futuro… La decisión está en
nosotros.
Toma un tiempo para leer el Salmo 73:25-26. ¿Qué te dice esta
escritura acerca de los deseos? Piensa en tu vida… ¿Crees que tu
vida tiene un acuerdo entre tú y Dios?… Si no es así, ¿qué puedes
hacer para reestructurar esto de tal manera que tu vida refleje una
perspectiva de Dios?… Comprométase con Dios para tomar pasos
que puedan reestructurar esta visión en tu vida desde ahora en
adelante.
RECUERDA: La gente que dirige sus deseos hacia Dios está
motivada a buscar las cosas que Él permite visualizarles y la
forma en las que pueden alcanzarlas. Los deseos que vienen de
parte de Dios nos proveen de mucha más motivación que cualquier
necesidad que tengamos.