FALLA EN LA COMUNICACIÓN

Juan 8:21 Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir.
8:22 Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A donde yo voy, ¿vosotros no podéis venir?
8:23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
8:24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.
8:25 Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os he dicho.
8:26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo. 8:27 Pero no entendieron que les hablaba del Padre. 

Recordemos que la comunicación implica: un emisor (Jesús), un código (un idioma conteniendo un mensaje: el evangelio), un canal (su voz, en este caso, para nosotros la escritura, la Biblia) y un receptor (publico: el pueblo, líderes religiosos, nosotros).  Cuando alguno de estos elementos falla o está ausente, existe un problema de comunicación.

 Jesús les estaba compartiendo a viva voz el mensaje de salvación, les explicó que Él no era de este mundo y que si ellos no creían en su mensaje y en quien era Él morirían sin esperanza a causa de sus pecados.  En este caso lo que estaba fallando era el receptor, el emisor era claro y directo en lo que decía, sus palabras provenían de Dios mismo (el Creador de las cuerdas vocales, del aire, de nuestros cerebros, con los cuales ideamos medios de comunicación); sin embargo, ellos no querían entender, ni creer, no querían obedecer, ni cambiar.

 Jesús no solamente hablaba, también sus hechos hablaban por él, y Dios Padre le estaba respaldando, y sobre todo Él era obediente, no sólo al compartir íntegramente el mensaje del evangelio, sino también en el cumplimiento de la misión que había recibido la cual le llevó a su muerte en la cruz, para posteriormente resucitar.  ¡Gracias Jesús por tu obediencia!

No lo ignores, ni cortes la comunicación, Jesús sigue hablando por medio de Su Palabra escrita: la Biblia y Él sigue invitándote a seguirle; acepta Su regalo de salvación, así como muchos lo hicieron ese día cuando le oyeron.

 Sigamos el ejemplo de Jesús y seamos obedientes a lo que Dios nos enseña por medio de su Palabra.

 Recuerda que Jesús siempre fue un comunicador obediente.  “El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada.” Juan 8:29.

Hno. Gunder.