QUIERO SER COMO TU

1° Crón. 28:5 Reunió David en Jerusalén a todos los principales de Israel, los jefes de las tribus, los jefes de las divisiones que servían al rey, los jefes de millares y de centenas, los administradores de toda la hacienda y posesión del rey y de sus hijos, y los oficiales y los más poderosos y valientes de sus hombres.
28:2 Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Oídme, hermanos míos, y pueblo mío. Yo tenía el propósito de edificar una casa en la cual reposara el arca del pacto de Jehová, y para el estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya preparado todo para edificar.
28:3 Mas Dios me dijo: Tú no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra, y has derramado mucha sangre.
28:4 Pero Jehová el Dios de Israel me eligió de toda la casa de mi padre, para que perpetuamente fuese rey sobre Israel; porque a Judá escogió por caudillo, y de la casa de Judá a la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para ponerme por rey sobre todo Israel.
La pequeña Emma abrazó con todas sus fuerzas a su papá quien había llegado de una reunión de trabajo. Al llegar le dijo: “Papá, cuando sea grande quiero trabajar en lo mismo que tú”. Su papá le respondió dulcemente: “Qué bueno que quieras seguir los pasos de tu papá, lo primero que tienes que hacer es seguir jugando con tus hermanos, obedecer a tu mamá y a mí, ser buena alumna y sobre todo no olvidarte nunca de Dios.”

“No olvidarnos nunca de Dios”, que buen consejo.  Ciertamente, lo primero de todo en la vida es conocer a Dios y disfrutar de la comunión con Él.

Y es que, conocer y obedecer al Señor nos ayuda a convertirnos en aquello para lo que fuimos creados. Este es el consejo del rey David a su hijo Salomón: “… reconoce al Dios de tu padre y sírvele con un corazón íntegro y con ánimo voluntario…” (1 Cro. 28:9).

Es posible conocer a Dios. Es una Persona de la Trinidad, no un simple concepto lógico o teológico. Él piensa, decide, disfruta, siente y ama. El pastor Tozer lo describió de la siguiente manera: “Dios es una persona, y al preparar nuestro corazón para la maravilla que implica conocerlo, pueden alcanzarse diversos niveles de intimidad con Él” …  Aah!, allí está el secreto, debemos “preparar nuestro corazón”.

El Señor no está escondido; quien quiera puede conocerlo. ¡Dios quiere que lo conozcas! …  Inicia por hablar con Él, leer su Palabra y compartir con otros que también quieran conocerlo en verdad. Recuerda: ¡Nunca te olvides de Él!… Y, “Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas” (Proverbios 3:6).

 

Hno. Gunder.