Juan 11:17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que
Lázaro estaba en el sepulcro.
11:18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;
11:19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para
consolarlas por su hermano.
11:20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a
encontrarle; pero María se quedó en casa.
11:21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi
hermano no habría muerto.
11:22 Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te
lo dará.
Este milagro está dividido en tres actos, de forma muy similar a
las obras de teatro: la exposición de la situación, (V1-16), el
conflicto o la crisis (V17-37) y el desenlace (V38-48).
En estos versículos se nos cuenta que Jesús llega 4 días “tarde”,
Lázaro murió y está en un sepulcro; comúnmente los sepulcros
estaban ubicados en cuevas o se abrían huecos en las zonas
rocosas. Siempre que sucede una muerte, los vecinos llegan a dar
el pésame a la familia doliente; sin embargo, con los días los
pésames empiezan a ser más distantes, hasta desaparecer, es ahí
fuera del “tiempo” normal cuando llega Jesús.
El encuentro anterior de Marta con Jesús ha cambiado a esta
mujer, ahora está empezando a confiar más en Jesús, al afirmar:
“si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto, pero yo sé
que aun ahora Dios te dará todo lo que le pidas”, Jesús le
responde: “Tu hermano resucitará”; Marta seguro recordó alguna
de las tantas conversaciones con Jesús donde les comentó sobre
los tiempos finales, así que lo entendió de esa forma, resucitará en
el día final.
Jesús hace una de las declaraciones más bellas del evangelio,
“Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque
muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees
esto?”
En medio de todo esto Jesús manda a llamar a María, quien está
desconsolada y le repite a Jesús las palabras de su hermana, pero
en tono de desesperación: “mi hermano no hubiera muerto”; es ese
sentimiento que sólo han experimentado las personas que han
perdido a alguien realmente cercano. Jesús al ver esto se turbó,
algunos han dicho que al ver tanto dolor Jesús se entristeció;