
Juan 19:28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba
consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.
19:29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos
empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se
la acercaron a la boca.
19:30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado
es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
19:31 Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la
pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día
de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad),
rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen
quitados de allí.
19:32 Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al
primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él.
19:33 Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no
le quebraron las piernas.
Un excursionista que realizaba una caminata por un remoto
parque nacional, cayó en el fondo de un profundo cañón. Con
escasas posibilidades de que lo encontraran y casi sin fuerzas,
tomó medidas drásticas para sobrevivir. En un momento de dolor
insoportable, dio un grito agónico y para su fortuna, alguien del
equipo que lo estaba buscando lo escuchó; al saber que lo habían
encontrado dio un grito, pero ya no de agonía sino de triunfo ya
que podría seguir viviendo.
De cierta manera aquellos que presenciaron la crucifixión de
Jesús vieron sus horas de agonía y mientras entregaba su espíritu
lo oyeron clamar en voz alta: “… consumado es…” (Juan 19:30).
Sus últimas palabras desde la cruz no fueron una exclamación de
dolorosa derrota, sino un grito de triunfo, porque había completado
todo lo que el Padre lo había enviado a hacer. Cuando Jesús murió,
participó de todo lo que nosotros debemos experimentar.
Pero mucho más allá de eso, hizo lo que ninguno de nosotros
podía hacer: pagó el precio por nuestros pecados para que
pudiéramos ser perdonados y tener vida eterna por medio de la fe
en Él.
Entonces, “Consumado es” fue el grito de victoria del Señor
Jesucristo, porque ahora, a través de Él, podemos escapar del
poder del pecado, vivir y ser libres.
Gracias al sacrificio del Señor por nosotros y a su victoria sobre el
pecado, podemos llamar a este día Viernes Santo.
“Consumado es”, son las dos palabras que nos trajeron esperanza
y salvación a todos quienes fuimos rescatados por su acto de
amor.
“Cuando Jesús recibió el vinagre, dijo: ¡Consumado es! Y habiendo
inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Juan 19:30).
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Hno. Gunder.