LAS PIEDRAS NO HABLARAN

Lucas 19:39 Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud
le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.
19:40 El, respondiendo, les dijo: Os digo que, si éstos callaran, las
piedras clamarían.
Luego de presenciar la demostración de aceptación de parte del
pueblo, los fariseos tienen una mezcla entre enojo y miedo. Enojo
por las implicaciones, según ellos “blasfemas”, de la declaración
de Jesús al entrar triunfante como Mesías a Jerusalén.
Miedo porque temían alguna posible reacción de los soldados, que
se encontraban muy cerca de donde esto estaba ocurriendo, en la
Fortaleza Antonia, ubicada en el extremo oriental de la muralla de
la ciudad, cerca del Templo y del estanque de Betesda. Esta
funcionaba como una guarnición militar romana construida por
Herodes el Grande, quien la nombra de ese modo en honor a su
aliado romano Marco Antonio.   Este sentimiento ya lo habían
expresado en Juan 11:48: “Si lo dejamos seguir así, todos van a
creer en él, y vendrán los romanos y acabarán con nuestro lugar
sagrado, e incluso con nuestra nación”.
Estos pasajes también nos demuestran las reacciones de los
humildes y las reacciones de los soberbios, los primeros
recibiendo al Mesías, esperado por tantos años. Los segundos
tratando de opacar aquel sublime acontecimiento, al realizar un
llamado a la “cordura” diciéndole a Jesús: “¡Maestro, reprende a
tus discípulos!”.  De esta forma trataban de menospreciar al Señor
al rebajarlo al grado de “maestro” y al regañarlo por la “blasfemia”
en que estaba incurriendo.
Jesús responde de forma contundente, si estos callaran, la misma
naturaleza hablaría, las piedras testificarían de la grandeza de su
Creador.  Jesús posiblemente también estaba rememorando lo
dicho en Lucas 3:8: “…Porque les digo que aun de estas piedras
Dios es capaz de darle hijos a Abraham”.

¡Amigos (as)!! …Recordemos las palabras del cantante poeta de
nuestros tiempos Marcos Vidal: “Mientras yo viva las piedras no
hablarán”. Les desafío a testificar de Jesús con al menos UNA
persona esta semana. Invítalo a que venga y vea a Jesús.
Pero que sea hoy mismo, Cristo viene pronto.

Hno. Gunder