
Mateo 18:15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y
repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu
hermano.
18:16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que
en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
18:17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la
iglesia, tenle por gentil y publicano.
18:18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será
atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado
en el cielo.
18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de
acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les
será hecho por mi Padre que está en los cielos.
18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre,
allí estoy yo en medio de ellos.
En estos versículos se nos hace referencia a una de las cosas más
difíciles de resolver: el perdón.
El Señor nos plantea tres retratos con respecto al perdón. Hasta
aquí el Señor nos llamado la atención sobre nuestras
responsabilidades con respecto a no ser tropiezo para otros, acá
cambia y en el primer retrato se nos dibuja el relato de un
hermano que peca contra nosotros. ¿Cómo resolverlo?
Habla con esa persona, sino escucha llévela ante testigos, si se
niega a reconocer su error, llévela a la iglesia y si no hace caso
tómala como si fuera un incrédulo, sí reconoce el error, perdónala.
Parece que el asunto no había quedado claro, entonces el
segundo cuadro nos lleva al buen Pedro, como contexto los Rabies
tenían la idea que se debía de perdonar hasta 3 veces utilizando
como referencia los primeros capítulos de Amós (Amós6,9,11etc)
entonces el razonamiento de Pedro posiblemente sería: duplico los
perdones de los Rabies y le agrego uno extra ¿Hasta siete veces?
La respuesta de Jesús es extraordinaria como siempre: hasta
setenta veces siete, visto desde cualquier forma, es un número
muy grande, lo que implica que mientras exista arrepentimiento
del ofensor, el perdón debe ser otorgado.
Para terminar con estos retratos, Jesús nos enmarca a dos
deudores, uno que debía 10.000 talentos el equivalente
aproximado a unos 60.000.000 de denarios y un denario era el
sueldo diario de un jornalero de la época, entonces la deuda era
impresionante. El deudor pidió el perdón y esta deuda le fue
perdonada, pero este deudor no hizo lo mismo con un consiervo
que le debía 100 denarios, no le perdonó, aun este indicando que
sí le iba a pagar y terminó llevándolo a la cárcel. Cuando su Señor
se enteró de esta la situación la corrigió y le hizo pagar por su
deuda a este mal hombre.
¿Saben Amigos (as)? … Cuando pensamos en el perdón, la mayoría
de las veces pensamos tan sólo en cuanto daño nos hicieron, pero
el perdón es mucho mejor paga que el odio y el resentimiento,
aprendamos a perdonar, así como hemos sido perdonados.
El pasaje también habla de orar en comunión con otros, que bueno
es cuando nos unimos a orar como familia por asuntos no egoístas
y que estén de acuerdo a la voluntad de nuestro Señor.
Tenemos a un Jesús perdonador, Él dijo: “Así también mi Padre
celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdone de
corazón a su hermano” Mateo 18:35
Hno. Gunder.