
Romanos 1:8 Primeramente doy gracias a mi Dios mediante
Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se
divulga por todo el mundo.
1:9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el
evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros
siempre en mis oraciones,
1:10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de
Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.
1:11 Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a
fin de que seáis confirmados;
1:12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos
es común a vosotros y a mí.
1:13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me
he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado),
para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los
demás gentiles.
1:14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.
1:15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el
evangelio también a vosotros que estáis en Roma.
Al mirar el periódico de la mañana, me di cuenta de que cada
artículo informaba sobre “viejas” noticias: una prominente figura
del deporte fue arrestado por ebriedad, un hombre fue acusado de
conspiración, una autoridad política de gobierno es criticada, y el
principal partido de la temporada de futbol fue interrumpido por
los aficionados violentos. Realmente no hay nada nuevo acerca de
este tipo de historias.
Son simplemente las versiones modernas de lo que la gente ha
estado haciendo desde que Adán y Eva desobedecieron a Dios.
Entonces, ¿cuál es verdadera noticia? No es el tipo de conducta
que es algo natural, sino un comportamiento que tiene más valor y
fuerza de lo que somos capaces hacer comúnmente. Cuando
alguien actúa de maneras que son correctas, amorosas, o para el
bien de todos, ¡eso sí que es noticia!
La Biblia informa de este tipo de noticias. Nos dice que podemos
ser perdonados porque Jesús murió en la cruz por nuestros
pecados. Cuando le recibimos a Él, Dios envía Su Espíritu Santo
para que nos permita llegar a ser separados para Él y hacer el
bien.
Pidámosle a Dios que nos ayude a vivir y compartir las buenas
nuevas del evangelio, “pues es poder de Dios para la salvación de
todos los que creen” (Rom.1:16). Entonces nos convertiremos en
los ejemplos y reporteros de la buena noticia de que nunca se
hace vieja o desactualizada.
Seremos reporteros de buenas noticias.
Las buenas nuevas de Dios son demasiado buenas como para
mantenerlas para uno mismo.
Hno. Gunder.