DEBEMOS SER ESTUDIOSOS

Mateo 24:15  Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la
abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee,
entienda),
24:16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.
24:17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su
casa;
24:18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su
capa.
24:19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en
aquellos días!
24:20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de
reposo;
24:21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido
desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.
En este sermón del Monte de los Olivos como ya hemos visto, la
temática predominante es sobre los días finales. Merece la pena
realizar un rápido recorrido por las situaciones más dramáticas
que vivieron Jerusalén y su templo. En el año 168 a.C. Antioco
Epifanes el terrible gobernante de Siria, invadió Jerusalén, y
cambió el altar del templo por un santuario para Zeus,
sacrificando incluso cerdos en él.  No olvidemos además la
invasión romana a la ciudad en el año 70 d.C. después de la cual el
templo queda destruido.
Algunos han dicho que la profecía de Daniel 9:27; 11:31, referida
por Jesús en estos pasajes: Así que cuando vean en el lugar santo
“el horrible sacrilegio”, de que habló el profeta Daniel (el que lee,
que lo entienda); fue ya cumplida en estos eventos. Sin embargo,
si seguimos la historia y las demás profecías concernientes al fin
de los tiempos, aun muchas cosas no se han cumplido y por lo
tanto están por ocurrir todavía.

El tema de los días finales es de los más inquietantes de las
escrituras, tal como lo describen los pasajes: “Porque habrá una
gran tribulación, como no la ha habido desde el principio del
mundo hasta ahora, ni la habrá jamás”.(Mat. 24:21)
Estos versos fueron incluidos como una advertencia para las
personas que vivirán en esos días, el pasaje no dice
explícitamente que quienes vivían en esos tiempos, sufrirían las
terribles situaciones que se describen.

Muchos estudiosos han dicho que algo pausó el reloj profético de
Dios y para una gran mayoría ese algo fue la Gracia de Dios, lo
anterior como consecuencia de que Israel rechazó a Jesús como
Mesías (Hechos 7) siendo el detonante la muerte de Esteban,
quien hablaba a su Pueblo, mientras estaba lleno del Espíritu
Santo.
No obstante, es importante tener siempre presente las palabras
del apóstol Pablo: “Hermanos, quiero que entiendan este misterio
para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha
endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad
de los gentiles” (Rom.11:25).
Debemos ser estudiosos de las escrituras y no dejarnos llevar por
falsos maestros, seamos como los bereanos: “Éstos eran de
sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que
recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban
las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba”
(Hechos 17:11).
Nuestra fe en Dios, debe ser firme, estemos conscientes que a
nuestra vida vendrán pruebas que fortalecerán nuestra
dependencia en Dios; además debemos estar agradecidos por este
tiempo de Gracia en el cual vivimos.

Hno. Gunder.