
Mateo 10:16 He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de
lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como
palomas.
10:17 Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los
concilios, y en sus sinagogas os azotarán;
10:18 y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa
de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles.
10:19 Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué
hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de
hablar.
10:20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de
vuestro Padre que habla en vosotros.
10:21 El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al
hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.
10:22 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; más
el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Algunos creen que una persona fuerte es aquella que nunca
muestra debilidades en su carácter y acciones, pero al analizar
esta afirmación podemos ver que es una mentira, nadie puede
mantenerse todo el tiempo sin fallar, así que una mejor definición
de una persona fuerte es: aquella capaz de mezclar la firmeza de
la mente, con la ternura del corazón.
El Señor Jesús por supuesto sabía esta realidad, y es por eso que
durante su ministerio les enseñó a sus discípulos que enfrentarían
un mundo difícil, a hombres fríos y arrogantes, endurecidos por la
ambición o los golpes de la vida; pero también sabía que
encontrarían personas que necesitarían ser fortalecidas debido a
los problemas que enfrentaban en su vida diaria.
Es por esto que les dijo: “He aquí, yo los envío como a ovejas en
medio de lobos. Sean, pues, astutos como serpientes y sencillos
como palomas” (Mateo 10:16).
Esta comparación era y es muy fácil de comprender, pero difícil de
aplicar, ya que requiere combinar la astucia de la serpiente, con la
ternura de la paloma. Una mente disciplinada se consigue
teniendo hábitos constantes que nos permitan desarrollar un
pensamiento profundo y una capacidad de juicio que busque
siempre la verdad, mientras que al mismo tiempo necesitamos ser
dadivosos, desprendidos con nuestro tiempo, mostrando amor aun
a quien no creemos que lo merece, como las bellas flores que
brotan de un espinoso cactus.
Dios es el ejemplo perfecto de esto debido a que es justo y tuvo
que castigar a Israel por su corazón desobediente. Pero también
es un Padre perdonador que está lleno de un gozo inefable, como
cuando el hijo pródigo regresa a casa.
Evaluemos nuestra vida, ¿necesitamos fortalecer nuestra mente o
suavizar nuestro corazón? Esa es la mezcla que más se parece a
Jesús.
Servimos a un Dios que tiene esta mezcla perfecta.
Recordemos las enseñanzas de Jesús…. “He aquí, yo los envío
como a ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como
serpientes y sencillos como palomas” (Mateo 10:16).
Hno. Gunder.