UN TIPO DIFERENTE DE INFLUENCE

2° Reyes 5:1 Naamán, general del ejército del rey de Siria, era
varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque
por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este
hombre valeroso en extremo, pero leproso.
5:2 Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado
cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la
mujer de Naamán.
5:3 Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en
Samaria, él lo sanaría de su lepra.
5:4 Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así ha
dicho una muchacha que es de la tierra de Israel.
5:5 Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de
Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y
seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos.
5:6 Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así:
Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti
mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra.
5:7 Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y
dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a
que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo
busca ocasión contra mí.
5:8 Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel había
rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado
tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.
En estos tiempos se ha puesto de moda la palabra “influencer”,
término que se puede entender como la persona con capacidad
para influir sobre otras, principalmente a través de las redes
sociales; y normalmente tienen un estilo de vida bastante
particular. Pero también hay otros tipos de “influyentes”.
En las listas por lo general figuran líderes políticos, empresarios
de negocios, deportistas, y personas de la ciencia, las artes y el
entretenimiento. No encontrarás el nombre de quienes les cocinan
o limpian sus casas; sin embargo, quienes ocupan supuestas
posiciones insignificantes suelen influir en aquellos a quienes
sirven.
En nuestra lectura bíblica leímos sobre Naamán, quien era un
destacado comandante, y tuvo una relación muy cercana con dos
reyes y un profeta de Dios (2 Reyes 5:1-15).
No obstante, fueron las palabras de unos siervos desconocidos las
que guiaron a Naamán a curarse de la lepra, una enfermedad que
cambia la vida y pone fin a cualquier carrera. Una joven criada a
quien este hombre había tomado cautiva en Israel, le dijo a su
esposa que un profeta de Samaria podía curarlo (vv. 2-3).
Cuando Naamán se enojó porque Eliseo lo había mandado a
bañarse en el río Jordán, sus sirvientes lo instaron a obedecer las
órdenes del profeta. Como resultado, el comandante recuperó la
salud, y luego declaró: “He aquí ahora conozco que no hay Dios en
toda la tierra, sino en Israel” (v. 15).
Esta particular historia ilustra perfectamente nuestro papel como
seguidores de Jesucristo. Se nos llama a ser personas influyentes

de una manera totalmente diferente a lo que el mundo conoce, se
nos llama a ser siervos del Señor, quienes enseñan e influyen
sobre los demás; para presentarles cómo pueden llegar a conocer
al que es verdaderamente importante: Jesús.
¿Qué clase de influencia eres para otros?  ¿Del tipo que influye
para que escojan las cosas temporales de este mundo, o del que
influye con su ejemplo para que otros conozcan al Dios verdadero?
Influye con tu testimonio, influye con tu servicio a Dios y tu
prójimo.
“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy allí también estará
mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará” (Juan 12:26).

Hno. Gunder.