Marcos 2:1 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa.
2:2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.
2:3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.
2:4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.
2:5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Estábamos de camino a una reunión de la iglesia, y sabiendo que varias personas venían desde lugares apartados, le pidieron a uno de ellos que comprara bocadillos para compartir durante la reunión. Por un momento se hizo un silencio durante la llamada y entonces Daniel dijo: “Saben, tengo algo mejor que llevar que unos bocadillos”.
Esa era una declaración sorprendente de parte de Daniel, pues era el más joven de todos los que íbamos a la reunión, pero cuando entró supimos a que se refería, traía una hogaza de pan de canela recién horneado por su mamá, y con el pan venía una etiqueta escrita a mano por ella la cual decía: “Gracias por su trabajo”.
Ella había tenido que empezar a vender pan casero luego de renunciar a su trabajo, debido a algunos problemas de salud que enfrentaba. En lugar de dejar que las circunstancias la deprimieran, la anciana se levantó con nuevas fuerzas y enfrentó el desafío que se le estaba presentando, ahora ella trabaja desde su casa, a su ritmo y tiempo, y de vez en cuando le regala pan preparado con sus manos a diferentes familias y ministerios de la iglesia.
Aunque la madre de Daniel no recibió una sanidad de su padecimiento, como si sucedió con el paralítico de la lectura devocional, ella se levantó y consiguió que muchos vieran su testimonio de valentía y entrega por la obra de Dios en su vida.
¡¡Amigos!!… Dios desea que formes parte de su grandioso plan a pesar de tus limitaciones. Levántate y pregúntate qué es lo que Dios puede hacer por medio de ti.
Ante los desafíos de la vida sé valiente y has lo que Dios te motiva a hacer para Él.
Hoy Jesús te está llamando a través de estas palabras… “A ti te digo, ¡levántate, toma tu camilla y vete a tu casa!” (Marcos 2:11).
Hno. Gunder.
