Proverbios 16:1 el hombre son las disposiciones del corazón;
Mas de Jehová es la respuesta de la lengua.
16:2 Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión;
Pero Jehová pesa los espíritus.
16:3 Encomienda a Jehová tus obras,
Y tus pensamientos serán afirmados.
16:4 Todas las cosas han hecho Jehová para sí mismo,
Y aun al impío para el día malo.
16:5 Abominación es a Jehová todo altivo de corazón;
Ciertamente no quedará impune.
En su autobiografía “Cautivado por la alegría”, el predicador C.S. Lewis, compartió como se sentía ante las verdades del evangelio: “revolviéndose, luchando, resentido y mirando en todas direcciones buscando la oportunidad de escapar”.
A pesar de que trató de escapar y resistirse a su amor, Dios lo halló a los 33 años, convirtiéndolo en un valiente y creativo defensor de la fe. Y esto lo hizo a través de incontables libros, conversaciones, debates, ensayos, y novelas tan impactantes que aún hoy las seguimos leyendo, e inclusive sus obras más conocidas fueron llevadas a la pantalla grande y más recientemente al streaming.
Él solía decir lo siguiente sobre los creyentes: “nunca se es demasiado viejo para convertir una meta o un sueño en una nueva ilusión”.
¿Saben Amigos (as)? … Es maravilloso tener planes, sueños e ilusiones, y si le permites a Dios que clarifique y purifique tus motivaciones, puedes llegar a realizar cosas increíbles para gloria de Dios, tal como lo dice Proverbios 16:3 “Encomienda al Señor tus obras, y tus pensamientos serán afirmados”.
Desde las tareas más simples hasta los desafíos más complejos pueden ser un medio para adorar a Dios, así que asegúrate de que todo cuanto hagas sea hecho con Él, para Él, y únicamente buscando el beneficio de su obra.
Entrega tu corazón, planes y sueños a Dios, sin duda Él puede hacer cosas extraordinarias.
Cada día es una nueva oportunidad para llevar a cabo ya sea una meta, un plan o un sueño, pero eso sí, para la gloria de Dios.
No olvidemos estas palabras… “Encomienda al Señor tus obras, y tus pensamientos serán afirmados” (Proverbios 16:3).
Hno. Gunder.
