LA LUZ DEL MUNDO

Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del
mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la
luz de la vida.
8:13 Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio acerca de
ti mismo; tu testimonio no es verdadero.
8:14 Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca
de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he
venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a
dónde voy.
8:15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.
8:16 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo,
sino yo y el que me envió, el Padre.
8:17 Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos
hombres es verdadero.
8:18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me
envió da testimonio de mí.
La discusión de los fariseos se está centrando en la validez o no
del ministerio y las afirmaciones de Jesús, recordemos su última
denuncia: “…de Galilea no ha salido ningún profeta” (Juan 7:52) y
ahora Jesús dice: “Yo soy la luz del mundo”.
Esto es muy importante, ya que al decir esto Jesús se está ligando
con Dios, desde Génesis 1:3, donde dice que Dios es el Creador de
la luz y recordemos lo dicho en Sal.119:105: “Tu palabra es una
lámpara a mis pies; es una luz en mi camino”.
Al inicio de la fiesta de los Tabernáculos, se encendían grandes
candelabros en el Atrio de las Mujeres; en memoria de la columna
de fuego en el desierto, en ese atrio era donde también se
depositaban las ofrendas, por lo tanto; era un lugar muy
concurrido.  Ahora Jesús está diciendo en este lugar que Él es la
luz que guiará a todos los que confiaren en Dios.

Los fariseos responden diciendo que el testimonio de uno mismo
no es suficiente, hace falta el testimonio de un tercero
(Deut.19:15).  Jesús les responde que están usando criterios
humanos y que Él si sabía de dónde provenía y a dónde iría, ellos
no reconocían de su naturaleza divina, y que además el Padre al
que estaba unido, daba testimonio de Él, esos eran sus testigos.
Si quieren juzgar tienen que conocer todos los hechos.
Los fariseos insisten, y le preguntan tristemente en términos
humanos y quién es tu Padre, Jesús les responde, si supieran

quien soy, sabrían quién es mi Padre. Ellos más cualquier otro por
su conocimiento de las escrituras deberían haber sabido ante
quien estaban, ante Dios mismo.
¿Saben amigos (as)?… En muchas ocasiones cuando juzgamos, no
tomamos en cuenta todas las versiones, o no tomamos en cuenta
todos los hechos que se nos presentan, y cuando esto ocurre,
hacemos una mala decisión.
Jesús nuevamente presenta en estos pasajes su primer llamado a
los no creyentes – “El que me sigue no andará en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida”. Jesús nuevamente nos invita a
descubrir, que Él es la luz de mundo.
“Jesús se dirigió a la gente una vez más, y les dijo: Yo soy la luz
del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida. Juan 8:12.

Hno. Gunder